Veo en las nubes la figura de aquella que amé con locura, el cielo no me deja olvidar aquella musa celestial.
Veo en las aguas su rostro, en el viento sus manos acariciando mi alma, te veo en las rosas siendo reina de mi jardín, nuestro amor sin comienzo sin buscarlo encontró fin.
Mi amor no terrenal era algo más que celestial, nubes de un cuarto cielo, esta vida como espejo sin reflejo me ha resultado compleja.
Subí al olimpo, hice un trato con cupido, mi vida por mi amor perdido, los sentimientos corrompidos me volvieron un mártir en el olvido.