La Luna y el Sol siempre anhelaron estar juntos,
pero su función natural los mantenía a distancia,
envidiaban a los humanos, querían su mortalidad,
después de muchos siglos la longevidad suele aburrir,
cuando se tiene una solo vida, un aquí y ahora,
se tiende a amar con más intensidad y más apego.
La Luna renuncio a su grandeza y se hizo mujer,
ya la eternidad le aburría y no quería solo una musa ser,
el Sol por ser hombre dejo su calor y su luz,
de nada le servía la eternidad si no estaba con quien amaba.
Eran la pareja ideal, disfrutaban de todas esas cosas
que solo la tierra en este universo puede dar.
Al estar juntos perdían la noción del tiempo
todo a su alrededor carecía de importancia,
pero Cuando menos lo esperaban llego la vejez,
su cuerpo se negaba a sus mandatos,
y cuando la muerte tocaba sus puertas,
sintieron miedo y quisieron volver a ser eternos.
Porque la vida cuando se está cerca de quien
se ama es fugaz, de lo contrario se torna una eternidad.