TikTok lleva bastante tiempo en el punto de mira de los reguladores. La posibilidad de un veto en la Unión Europea ya se barajó en el pasado y hasta obligó a lanzar un plan de contingencia. En 2023, la red social anunció la construcción de tres centros de datos para almacenar los datos de los usuarios europeos. Dos de ellos en Irlanda, donde uno ya está en marcha, y el restante en Noruega.
Esta iniciativa fue acompañada por una inversión de 12.000 millones de euros y la contratación de una empresa británica para auditar de forma independiente el funcionamiento de la infraestructura. De esta forma, TikTok ha tratado de apaciguar los resquemores de una posible entrega de información al gobierno de China. Aunque ello no ha evitado otros encontronazos con las autoridades.
En septiembre pasado, la Comisión de Protección de Datos de Irlanda le impuso una multa de 345 millones de euros a la plataforma. Esto fue por no proteger correctamente la información personal de sus usuarios menores de edad. En febrero de este año, en tanto, la Comisión Europea inició una investigación contra TikTok por posibles daños a niños y adolescentes, así como por otras sospechas de violaciones a la Ley de Servicios Digitales (DSA).
Mientras que días atrás, ByteDance reculó tras el anuncio de un programa de recompensas en España y Francia. Los reguladores expresaron su temor a que la iniciativa causara adicción entre los jóvenes que utilizan TikTok, y la compañía optó por desecharla. De esta forma, evitaron quedar expuestos a una nueva multa millonaria.