«Dame un tiempo» palabras que ponen a temblar a casi cualquier persona en una relación de pareja. Generalmente, a quien le piden tiempo, interpreta que es el final de la relación, pero, dicho en otras palabras, o ya no le quieren y quieren jugar contigo. Es normal sentir miedo frente a este pedido, ya que muchas personas han aprovechado esta petición para irse con otro, o para terminar la relación.
Y sí, es una falta de honestidad no decir con sinceridad qué es lo que realmente quieres al pedir tiempo, y dejar que la otra persona adivine lo que sientes y se consuma en sus miedos.
Pero no siempre se pide tiempo por querer terminar, a veces la persona está confundida con respecto a la relación, no se siente cómoda, se ha vuelto monótona o han dejado de entenderse, y se busca un momento de distancia para repensar las cosas, aclarar sus sentimientos y pensamientos.
A pesar de esto, no siempre funciona bien, ya que muchos ven este tiempo como el permiso para mirar para otro lado. Para que funcione debe hacerse bajo unas reglas claras: Cuánto tiempo estarán separados, si tendrán o no contacto físico en ese tiempo, si tendrán comunicación o no, si está permitido involucrarse con otras personas, qué aspectos de la relación y de ellos mismos van a trabajar y si necesitan buscar ayuda terapéutica.
Si estás pensando darte un tiempo en tu relación de pareja, por aquí te dejo algunos pros y contras de hacerlo:
Pros de Pedir Tiempo
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Te da un chance para mirar dentro de ti, para preguntarte qué quieres, qué sientes y hacia dónde vas. Es el momento de ser sincero contigo mismo, sin el ruido de la relación en tus oídos.
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Ayuda a reforzar tu independencia emocional. A veces, estamos tan enredados en la pareja que perdemos de vista quiénes somos solos.
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Es una oportunidad para evaluar la relación con claridad y objetividad. ¿Es una relación equitativa? ¿tienes más paz que peleas?
Contras de Pedir Tiempo:
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Uno o ambos podrían sentirse inseguros durante este tiempo. ¿Regresarán? ¿Hay alguien más? Esa incertidumbre puede ser una fuente de ansiedad.
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Si usas el tiempo como una huida de los problemas en lugar de enfrentarlos, cuando vuelvas, los mismos problemas seguirán allí, tal vez más grandes.
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Reglas confusas. Sin reglas claras, pueden surgir malentendidos y heridas más profundas.
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Algunas parejas después de tomar un tiempo se dan cuenta de que están mejor solos, y lo que era un «tiempo» se convierte en un adiós.
Como terapeuta, mi recomendación es que, si decides pedir tiempo, sea con el propósito de crecer y no de posponer lo inevitable. Define reglas claras, plazos y objetivos específicos. ¿Qué esperas lograr con este tiempo? Y muy importante: utiliza este tiempo para trabajar en ti, no solo para descansar de tu pareja. A veces, el tiempo solo es el preludio de una conversación más sincera y profunda que se tiene que dar.
Carmen Sosa: Psicóloga clínica y terapeuta familiar y de pareja. Directora del Centro de Sanidad Emocional y Psicoterapia. Contacto de consulta: 809-848-7008.