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Noche de terror en Memphis. Los Grizzlies, liderados por Santi Aldama (14 puntos y 6 rebotes), desperdiciaron una ventaja de 29 puntos en el segundo cuarto y cayeron 108-114 ante los Oklahoma City Thunder. El equipo no solo quedó al borde de la eliminación (0-3 en la serie), sino que también perdió a su estrella Ja Morant por lesión.
Según datos oficiales de la NBA, se trata de la segunda remontada más grande en la historia de los ‘playoffs’ desde que se registran jugadas en la era ‘play-by-play’ (1997-1998).
El drama comenzó cuando Morant sufrió una aparatosa caída tras una falta de Lu Dort durante un contraataque. El base, con problemas en la cadera, no pudo regresar al partido y ahora está a la espera de estudios médicos para determinar la gravedad de la lesión.
El golpe fue doble para Memphis. A pesar de un primer tiempo dominante, en el que llegaron a tener una ventaja de 26 puntos al descanso (77-51), los Grizzlies no lograron sostener el ritmo sin su líder en la segunda mitad. Los Thunder, impulsados por un renacido Chet Holmgren (16 puntos en el tercer cuarto), lograron un demoledor parcial de 18-36 en el tercer periodo para meterse de lleno en el partido.
La caída fue inevitable. Oklahoma empató el encuentro a 99 puntos y culminó la remontada con 1:20 por jugar, tomando una ventaja definitiva que dejó sin respuesta a Memphis. Los Grizzlies, completamente bloqueados, no lograron anotar en los últimos 4 minutos y 51 segundos del juego.
Tras sufrir también la derrota más abultada de la historia en un primer partido de primera ronda (51 puntos en el primer duelo de la serie), los Grizzlies ven cómo su temporada se desmorona, mientras la incertidumbre sobre la salud de Ja Morant aument
Entre líneas de código, matrices de riesgo y trazos de diseño, también habita un inconforme. Ingeniero en Sistemas y Computación, Analista de Riesgo de Crédito Corporativo, diseñador gráfico y crítico social. No me basta con entender el sistema: mi propósito es cuestionarlo, retarlo y transformarlo. Y si en el trayecto puedo ayudar a alguien más, entonces vale aún más la pena.
“Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”
