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Una disputa legal entre OpenAI y The New York Times amenaza con modificar una de las funciones clave de ChatGPT: la posibilidad de borrar las conversaciones. El reconocido diario estadounidense, que acusa a la empresa de inteligencia artificial de utilizar contenido protegido por derechos de autor sin autorización, solicitó judicialmente que se conserven los registros de chats generados por los usuarios, imposibilitando su eliminación permanente.
En un comunicado publicado en su blog oficial, OpenAI anunció que apelará la decisión judicial que le obliga a retener indefinidamente todas las conversaciones mantenidas a través de ChatGPT y su API. La compañía argumenta que esta orden representa un exceso legal y un riesgo para la privacidad de sus usuarios.
Brad Lightcap, director de operaciones de OpenAI, calificó la exigencia como “radical e innecesaria” y afirmó que contradice los compromisos de privacidad asumidos con sus clientes.
“La solicitud del New York Times va en contra de las políticas de la industria y de nuestros principios internos”, declaró. “Preservar estos datos de manera indefinida vulnera las normas históricas de protección de la privacidad”.
La medida judicial afecta tanto a los usuarios gratuitos como a los suscriptores de ChatGPT Plus, Pro y Team, además de quienes utilizan la API sin un acuerdo específico de eliminación de datos. Esto implica que incluso los chats que hayan sido eliminados manualmente por los usuarios serán almacenados por tiempo indefinido en servidores seguros y aislados, según informó OpenAI.
No obstante, la compañía aseguró que el contenido retenido no será compartido con terceros, incluidos los demandantes. Solo personal autorizado de sus departamentos legales y de seguridad tendrá acceso a esos datos.
Por ahora, aunque los usuarios pueden seguir optando por el “chat temporal”, OpenAI advierte que incluso esas conversaciones serán almacenadas, aunque sin asociarse directamente a los perfiles de los usuarios.
“Estamos obligados a cumplir con la ley, pero esta demanda no refleja nuestros estándares ni valores respecto a la privacidad”, concluyó la empresa, que ya ha iniciado el proceso para revertir la decisión en los tribunales.
Entre líneas de código, matrices de riesgo y trazos de diseño, también habita un inconforme. Ingeniero en Sistemas y Computación, Analista de Riesgo de Crédito Corporativo, diseñador gráfico y crítico social. No me basta con entender el sistema: mi propósito es cuestionarlo, retarlo y transformarlo. Y si en el trayecto puedo ayudar a alguien más, entonces vale aún más la pena.
“Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”
