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El creador de contenido y empresario Esmelin Santiago Matías García, conocido popularmente como Alofoke, fue citado por la Fiscalía del Distrito Nacional para el próximo 10 de julio a las 10:00 a.m., luego de que el actor y comediante Manolo Ozuna presentara una querella en su contra por presunta difamación e injuria.
La citación proviene de la Unidad de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, ya que el conflicto involucra declaraciones emitidas en medios digitales. Según el abogado José Valdez Fernández, representante legal de Ozuna, los comentarios realizados por Matías atentaron contra el honor y la reputación de su cliente.
La denuncia se ampara en los artículos 21 y 22 de la Ley 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, legislación que castiga la calumnia y la difamación cometidas por medios electrónicos. Es decir, cualquier contenido que dañe la imagen de una persona en redes sociales o plataformas digitales puede tener consecuencias legales.
Además del aspecto penal, Ozuna también se constituyó en actor civil, lo que abre la puerta a una posible reclamación económica por los daños que alega haber sufrido.
El conflicto no es nuevo. En octubre de 2023, Manolo Ozuna se desligó del programa Finanzas con Humor, que conducía junto a Juan Carlos Guilbe en la plataforma Alofoke Media Group. Lo hizo en solidaridad con Isaura Taveras, quien también presentó acciones legales contra Santiago Matías por razones similares.
Aunque hasta el momento Alofoke no ha ofrecido declaraciones públicas sobre esta nueva citación, el caso vuelve a colocarlo en el centro de un debate legal que involucra la libertad de expresión, los límites del discurso en redes y el rol de los influencers en la era digital.
Este proceso podría marcar un precedente sobre lo que se considera permisible al comunicar en medios digitales. En un entorno donde las palabras pueden viralizarse en segundos, la ley busca establecer límites claros.
La fecha clave: 10 de julio. Ese día, ambas partes deberán comparecer ante la Fiscalía. Si se prueba la existencia de difamación, podrían derivarse consecuencias legales y económicas para Alofoke. Si no, será otro capítulo más en la extensa trayectoria de controversias que lo acompañan.
Lo que es seguro es que este caso vuelve a poner en discusión hasta dónde puede llegar la libertad de expresión cuando se ejerce detrás de un micrófono o una cámara.
Entre líneas de código, matrices de riesgo y trazos de diseño, también habita un inconforme. Ingeniero en Sistemas y Computación, Analista de Riesgo de Crédito Corporativo, diseñador gráfico y crítico social. No me basta con entender el sistema: mi propósito es cuestionarlo, retarlo y transformarlo. Y si en el trayecto puedo ayudar a alguien más, entonces vale aún más la pena.
“Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”
