Es común que cuando escuchamos la palabra “poder”, nos venga a la mente un escenario de imposición, dominación o sumisión. Esto no es incorrecto, al menos en parte, pues históricamente esas han sido características habituales de la implementación del poder[1].
La naturaleza del poder en muchos casos lleva a un plano de imposición[2]. Ahora bien, ¿qué pasaría si llegas a tener un poder devastador con el cual puedas someter a los demás a tu voluntad? Lo más probable es que lo veas como parte del ciclo evolutivo, tal como no te preocupas por las hormigas o animales debido a que te encuentras en la cima de la cadena[3][4].
Sin embargo, si llega alguien más, ¿lo verías de la misma manera?
En el arco de las Hormigas Quimera en Hunter x Hunter[5], Togashi desarrolla esta dualidad del poder, siendo el poder duro representado por Meruem, el rey de las Hormigas, quien impondrá su voluntad al resto del mundo. Este nació para ser rey, posee la inteligencia y la fuerza para lograrlo, por lo que para probar su superioridad vence a todos (casi) los mejores en juegos de inteligencia… Hasta que, para autoproclamarse como el ser definitivo, le falta solo vencer en el último juego: el Gungi.
Sin embargo, cuando llega la persona que enfrentará al rey, impera más una imagen de pena y desdicha que un oponente para reclamar la corona para la cual nació. Era una niña débil y ciega, algo que consternó al rey, al punto de considerarlo una broma de mal gusto.
Inicia el juego y el rey pierde una y otra vez, no porque su nivel de juego sea tosco, sino porque cuando más cree que se acerca, más lejos de Komugi, su oponente, se encuentra.
Esto era incomprensible para el rey, ya que se auto percibía como la representación de la inteligencia y el poder; era algo para lo cual había nacido: era el rey.
Sin embargo, en un momento de catarsis comprendió lo dual que puede ser el poder, pues él era la imagen de la fuerza, pero Komugi, una niña débil, se estaba imponiendo desde una faceta del poder distinta: un poder blando, el cual nunca había sido considerado por el rey, pues nunca lo había necesitado.
A partir de lo planteado, debemos considerar lo siguiente:
En primer lugar, que vemos el mundo desde nuestras condiciones materiales y, a menos que nos obliguen a ver otra perspectiva, nos mantenemos en nuestra burbuja.
En segundo lugar, lo dual que puede ser el poder, lo cual es más bien como dos caras de la misma moneda: poder blando / poder duro.
En tercer lugar y no menos importante, las contradicciones son las que producen el crecimiento de las masas, iniciando con el despertar de la consciencia de clases y la contraposición dialéctica de las ideas. En palabras de Lenin: “los poderes en conflicto se hallan en una situación de confrontación global o, cuanto menos, tienden a ello, ya que, en las etapas iniciales, ciertos factores tales como la insuficiente conciencia de clase pueden forzar al poder emergente a compromisos o concesiones”[6].
En conclusión, el poder, a pesar de tener una dualidad material en cuanto a su manifestación, se desarrolla mediante un medio subjetivo por parte de quien lo ejerce, lo cual lo lleva a interpretar la realidad desde sus privilegios preestablecidos, a menos que se levante un poder con incidencia similar que produzca un choque de perspectiva provocando un despertar de la conciencia.
Aplicando lo aprendido a nuestro contexto, como sujetos sociales, es de vital importancia estar claramente identificadas las variables que inciden en nuestra realidad material, en especial en cuanto a lo relacionado con el poder, ya que, o lo ejercemos o nos lo ejercen y, de una forma directa o indirectamente afecta nuestra realidad material, la cual evoluciona a partir de las contradicciones inherentes al presentarse la dualidad del poder.
El poder, en su dualidad inherente, no solo moldea la realidad material de quienes lo ejercen y de quienes lo sufren, sino que también despierta la conciencia y la resistencia. Como dijo Lenin, ‘los poderes en conflicto se hallan en una situación de confrontación global’, y es en esta confrontación donde se forjan las nuevas realidades y se despierta la conciencia de las masas.
Referencias
- Solís, P. J. (2009). La naturaleza y ejercicio del poder y la autoridad. Philarchive, 50-55.
- Ruíz., J. F. (24 de 07 de 2024). Revista Jurídica UNAM. Obtenido de https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-comparado/article/download/3272/3749?inline=1
- Lenin, V. (1917). Obras. En V. Lenin, Obras (pág. 17). Rusia: NI.
- Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar. Francia: Gallimard.
- Togashi, Y. (s.f.). Hunter x Hunter. Hunter x Hunter, manga. Shonen Jump, Japón.
- Lenin, V. (1917). El estado y la revolución. En V. Lenin, El estado y la revolución (págs. 5-10). Argentina: Marxists Internet Archive, 2003.
Economista, con una sólida trayectoria en desarrollo institucional y auditoría interna. Me impulsa una pasión por el aprendizaje continuo y el crecimiento personal. Complementado con una curiosidad profunda por entender la complejidad del mundo y la naturaleza humana.