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Imagen creada usando IA a partir del texto.

¿Realmente las cosas son o simplemente están en un estado continuo del ser?

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Al igual que los elementos de la tabla periódica no son como tal, sino que están siendo y se están transformando hasta llegar a su punto de mayor estabilidad. Estabilidad que solo el ser humano le da un sentido ontológico, por el momento en el cual lo ve, lo cual eventualmente nos lleva al plano cuántico en donde sabes una cosa u otra de una partícula, sin embargo, para obtener un conocimiento debes asumir la ignorancia.

Dicho esto, ¿Qué es el ser en realidad? ¿Qué sabemos? ¿Qué afirmamos y con cual base? ¿Acaso no nos coloca esto en un plano de ignorancia inherente de la cual es poco probable que el ser humano pueda escapar?
Al igual que la lluvia dicho de un modo simple es la sumatoria de las gotas de agua individuales lo cual más que “ser” lluvia está “siendo” lluvia por la sumatoria constante de cada gota, de igual manera que los decimales de noveno grado infinitos tienden a la unidad, la sumatoria de las gotas de agua tienden a lluvia, por tanto, tomar conceptos dicotómicos como lo que es y no es, nos lleva a renunciar.
¿Qué pasa con el ser humano? ¿Es, no es o está siendo?
Tal como planeaba Heráclito que un hombre no se bañaba dos veces en el mismo río, porque no es el mismo hombre ni es el mismo río, el ser humano es una acumulación de experiencias e interacciones sociales y materiales que moldean sus acciones, las cuales interactúan con la sociedad teniendo una relación simbiótica en la formación del ser, el cual tiende a ser definitivo al momento de su muerte que es cuando a nivel social se detiene.
De modo que, cuando te pregunten ¿Quién eres? Puedes responder quien estás siendo. ¿Por qué? Porque en el fondo ni tú mismo sabes quién eres debido a que no has llegado el punto máximo de crecimiento y al igual que tu formas la sociedad, esta te forma a ti y muchas veces no te das cuenta hasta que mediante tu consciencia de clase te das cuenta tiende a tener un efecto en retroactivo.
¿El ser humano es o está siendo?
La naturaleza del ser humano siempre ha sido un tema central en la filosofía. ¿Somos algo definido o estamos en un estado continuo de cambio? Esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre nuestra identidad, la percepción de estabilidad y cómo nos relacionamos con nuestro entorno.
Todo fluye: el ser como proceso
Heráclito, uno de los filósofos griegos más influyentes, decía que un hombre no puede bañarse dos veces en el mismo río, ya que ni el hombre ni el río son los mismos. Este principio, conocido como el devenir, sugiere que el ser no es algo fijo, sino un proceso dinámico. La identidad, tanto personal como colectiva, está en constante transformación.
La idea de que algo «es» puede ser una ilusión creada por nuestra percepción. Por ejemplo, los elementos de la tabla periódica no «son» en un sentido absoluto, sino que están transformándose constantemente hasta alcanzar su punto de mayor estabilidad. Esa estabilidad, sin embargo, es solo una construcción humana basada en el momento en que los observamos.
La sumatoria de las partes
Una metáfora útil para entender esta dinámica es la lluvia. ¿Qué es la lluvia? No es más que la sumatoria de gotas individuales que, al acumularse y caer, están siendo lluvia. De manera similar, la identidad humana es una acumulación de experiencias e interacciones que moldean constantemente quién somos. No hay un momento definitivo que capture lo que «somos», sino un flujo constante de cambio que tiende hacia algo, pero nunca llega de forma absoluta.
La relación simbiótica entre el ser y la sociedad
El ser humano no solo está en constante cambio a nivel interno; también interactúa con su entorno de manera simbiótica. La sociedad nos moldea al mismo tiempo que nosotros influimos en ella. Esta interacción es tan fluida que muchas veces no nos damos cuenta de cómo nuestras decisiones y acciones están condicionadas hasta que miramos hacia atrás, reflexionando con mayor claridad sobre nuestro rol y posición.
¿Qué sabemos realmente?
En el plano cuántico, el principio de incertidumbre nos enseña que no podemos conocerlo todo. Para medir una característica de una partícula, como su velocidad, debemos ignorar su posición, y viceversa. Algo similar ocurre con nuestra percepción del ser: siempre estamos interpretando fragmentos, nunca el todo. Esto implica una ignorancia inherente sobre nuestra propia identidad.
Entonces, ¿qué somos?
Cuando alguien te pregunte «¿Quién eres?», tal vez una mejor respuesta sea «quien estoy siendo». La esencia del ser humano no está definida de forma estática; somos procesos en evolución, moldeados por nuestras experiencias, interacciones y el contexto en el que vivimos. Al igual que la lluvia, somos una sumatoria constante de pequeñas transformaciones.
En última instancia, reconocernos como seres en proceso nos libera de la necesidad de buscar una definición absoluta. Ser conscientes de nuestro cambio constante nos invita a abrazar nuestra humanidad tal como es: imperfecta, fluida y siempre en construcción.
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Economista, con una sólida trayectoria en desarrollo institucional y auditoría interna. Me impulsa una pasión por el aprendizaje continuo y el crecimiento personal. Complementado con una curiosidad profunda por entender la complejidad del mundo y la naturaleza humana.