En pleno siglo XXI, comunidades dominicanas de la provincia fronteriza de Elías Piña enfrentan una realidad alarmante: para llegar a sus hogares o realizar actividades cotidianas, deben cruzar territorio haitiano debido a la falta de un puente en su propio país. Esta situación no solo pone en riesgo su seguridad, sino que también evidencia una preocupante negligencia estatal en materia de infraestructura y protección ciudadana.
El problema
La ausencia de un puente sobre el río que divide ciertas comunidades dominicanas obliga a los residentes a tomar rutas improvisadas que atraviesan zonas de Haití. Esto los expone a múltiples peligros: desde la inseguridad generada por bandas armadas hasta tensiones diplomáticas que podrían escalar por incidentes fronterizos.
Testimonios y realidades
Habitantes de comunidades como Sabana Cruz, Los Cacaos y otras zonas rurales han denunciado que deben caminar kilómetros por senderos inseguros, muchas veces con niños, ancianos o enfermos, para poder acceder a servicios básicos. Algunos incluso han sido víctimas de robos o amenazas en territorio haitiano.
Implicaciones sociales y políticas
Este fenómeno no solo representa un riesgo físico, sino también una violación al derecho de libre tránsito dentro del propio país. Además, pone en entredicho la soberanía nacional, al depender de un país vecino en crisis para garantizar la movilidad de sus ciudadanos. Esto nos lleva a la pregunta de rigor ¿Dónde está el Estado?
La falta de acción por parte de las autoridades dominicanas ha generado indignación. Aunque se han prometido soluciones, como la construcción de un puente provisional o el despliegue de seguridad en la zona, las promesas no se han materializado. Mientras tanto, los ciudadanos siguen expuestos.
Concluimos aclarando que La situación en Elías Piña es un llamado urgente a la acción. No se trata solo de construir un puente, sino de garantizar la dignidad, seguridad y derechos de los dominicanos que viven en la frontera. Ignorar esta realidad es permitir que la vulnerabilidad se convierta en norma.

Carlos De León
Especialista en Psicología Educativa y Neuroeducación, con sólida formación en Teología, Criminología y Criminalística. Cuenta con una Maestría en Psicología Criminal y Psicología Penitenciaria. Su trayectoria combina el análisis del comportamiento humano con una profunda vocación por la cultura, el derecho y las relaciones humanas basadas en el respeto y la empatía.
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