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El camino al infierno está lleno de buenas intenciones

La serie Death Note ofrece una rica exploración filosófica de temas como el poder, la moralidad y la justicia. A través de su protagonista, Light Yagami, quien asume la identidad de Kira, se nos presenta una visión radical del poder y la justicia, inspirada en la voluntad de poder de Friedrich Nietzsche. Light, convencido de que su misión es purgar al mundo del mal, busca imponer su propia visión de la justicia, desafiando las normas morales establecidas.

Sin embargo, la obra no solo aborda el conflicto entre Light y la justicia convencional, representada por L, sino que también plantea preguntas existenciales sobre la libertad y la responsabilidad. A lo largo de esta reflexión, Death Note se convierte en un espejo que revela las contradicciones inherentes a los intentos de alcanzar la justicia absoluta, sugiriendo que, en su búsqueda, los individuos pueden perderse a sí mismos.

El poder y la moralidad: una perspectiva nietzscheana

Light Yagami, el protagonista, encarna la voluntad de poder nietzscheana al asumir el rol de Kira. Nietzsche, en Así habló Zaratustra, afirma que el Übermensch (superhombre) es aquel que trasciende la moral convencional y establece sus propias leyes. Light cree haber alcanzado este estado, pues, al obtener el Death Note, redefine la justicia según su criterio, tomando decisiones que afectan el curso de la humanidad.

Sin embargo, como señala Nietzsche, el peligro del superhombre es la hybris (desmesura): creer que su visión es absoluta. En su intento de purgar al mundo del mal, Light se convierte en aquello que juró destruir: un tirano que decide arbitrariamente quién merece vivir. La obra, en este sentido, expone los límites de la moralidad subjetiva, recordándonos que el poder, lejos de liberar, puede corromper al individuo al convertirlo en esclavo de su propia grandeza.

Dialéctica de la justicia: la contradicción entre Kira y L

Desde una lectura hegeliana, Death Note puede interpretarse como una dialéctica de la justicia. La tesis de Light es la justicia radical, fundamentada en la eliminación del mal por cualquier medio necesario. L, en cambio, representa la antítesis: la justicia institucional, mediada por el estado de derecho y la racionalidad. Pero, como toda dialéctica, ambas posiciones contienen sus propias contradicciones.

Light, en su afán por un mundo perfecto, deshumaniza a los demás, reduciendo su existencia a un cálculo utilitario. Por su parte, L, aunque opera bajo el marco legal, no duda en manipular, vigilar y sacrificar, mostrando que incluso la justicia «legítima» puede violentar los derechos individuales. Esta confrontación dialéctica no produce una síntesis en la obra, pero sí sugiere una crítica a la posibilidad de una justicia absoluta. En palabras de Hegel, «la verdad es el todo», y aquí la verdad se encuentra fragmentada entre las fallas de ambos sistemas.

Éticas enfrentadas: utilitarismo vs. imperativo categórico

El debate entre Light y L puede analizarse desde las teorías éticas modernas. Light adopta un utilitarismo radical, según el cual sus acciones están justificadas porque producen el «mayor bien para el mayor número». Sin embargo, este enfoque ignora el principio kantiano de que los seres humanos son fines en sí mismos. Light, al convertirse en juez, jurado y verdugo, cosifica a las personas, tratándolas como medios para alcanzar su ideal de sociedad.

L, aunque no explícitamente kantiano, opera bajo la premisa de que la justicia debe ser imparcial y respetar las normas establecidas. Sin embargo, sus métodos también lo traicionan: al manipular a Misa Amane y otros personajes, se distancia de la ética deontológica. Así, Death Note revela que ambas éticas enfrentadas, en su aplicación extrema, son insuficientes para resolver los dilemas del poder y la moralidad.

 

Existencialismo y libertad: el precio de decidir

Desde una perspectiva existencialista, el Death Note simboliza la angustia de la libertad radical. Jean-Paul Sartre afirma que el ser humano está «condenado a ser libre», obligado a tomar decisiones que definen su existencia. Para Light, esta libertad se manifiesta en su elección de usar el cuaderno. Pero la libertad no es un regalo: conlleva responsabilidad y un enfrentamiento constante con las consecuencias de nuestras acciones.

La tragedia de Light es que su deseo de imponer orden al mundo lo despoja de su propia humanidad. En su obsesión por ser el arquitecto de una utopía, pierde el contacto con quienes lo rodean, mostrando que la libertad sin ética conduce al aislamiento y, finalmente, a la autodestrucción.

Conclusión: la justicia como espejismo humano

Death Note es, en esencia, una reflexión sobre las limitaciones humanas frente a conceptos absolutos como justicia y moralidad. En su lucha por el poder, Light y L nos muestran que la justicia no es universal, sino una construcción social, moldeada por intereses y perspectivas. La obra sugiere que cualquier intento de absolutizar la justicia está condenado a reproducir las mismas injusticias que busca erradicar.

Así, Death Note no solo es una obra de entretenimiento, sino un espejo que nos obliga a mirar nuestras propias contradicciones. En palabras de Nietzsche, «quien con monstruos lucha, cuide de convertirse también en uno», y en esta lucha dialéctica, todos los personajes terminan reflejando nuestras fragilidades humanas.

 

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Economista, con una sólida trayectoria en desarrollo institucional y auditoría interna. Me impulsa una pasión por el aprendizaje continuo y el crecimiento personal. Complementado con una curiosidad profunda por entender la complejidad del mundo y la naturaleza humana.