La caída repentina del dólar en República Dominicana durante abril de 2025 sorprendió a toda la población. Muchos se despertaron viendo que la tasa de cambio ya no era RD$63.50, sino RD$58.90. Esto generó incertidumbre: ¿qué ocurrió en la economía? ¿Es una señal positiva o negativa?
Lejos de ser producto del azar, esta caída del dólar responde a decisiones técnicas cuidadosamente planificadas por el Banco Central y la Junta Monetaria. Durante años, muchas personas y empresas tomaron préstamos en dólares mientras sus ingresos eran en pesos. Esto generó un riesgo cambiario silencioso que hizo al sistema financiero cada vez más vulnerable.
Frente a ese escenario, las autoridades tomaron medidas. El 24 de marzo de 2025, la Junta Monetaria emitió una resolución que modificó el comportamiento del mercado cambiario de manera inmediata. Se estableció que solo quienes generan ingresos en divisas, como exportadores, zonas francas y el sector turismo, podrían seguir accediendo libremente a préstamos en dólares. En cambio, quienes ganan en pesos solo podrán endeudarse en moneda extranjera hasta un 25% de la disponibilidad de su banco y deberán demostrar capacidad de pago.
Además, se impuso a los bancos la obligación de contar con mayor capital si desean prestar en dólares a personas sin ingresos en esa moneda, promoviendo mayor prudencia en la concesión de créditos. También se limitaron las tenencias de dólares en los bancos en relación con su patrimonio, para evitar acumulaciones excesivas. Las casas de cambio y remesadoras no quedaron fuera de esta transformación: ahora deben operar con más capital y bajo mayor regulación y transparencia.
El resultado fue una caída abrupta del tipo de cambio. Con menor demanda de dólares por parte de empresas, bancos y casas de cambio, y con una gran oferta inicial inyectada por el Banco Central, el dólar perdió fuerza frente al peso.
Esto tiene implicaciones: por un lado, podría reducirse la inflación importada y aliviar a empresas endeudadas en dólares; por otro, los exportadores se preocupan, ya que un peso más fuerte afecta su competitividad. Esta situación deja una lección clara: la economía no solo se trata de precios, sino de tomar decisiones con responsabilidad y manejar los riesgos con inteligencia.
En resumen, el descenso del dólar fue resultado de políticas bien ejecutadas y no de casualidad. El Banco Central y la Junta Monetaria demostraron que cuando se actúa con criterio, se puede proteger la economía del desorden. Ahora toca observar con atención los efectos de estas decisiones.
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Entre líneas de código, matrices de riesgo y trazos de diseño, también habita un inconforme. Ingeniero en Sistemas y Computación, Analista de Riesgo de Crédito Corporativo, diseñador gráfico y crítico social. No me basta con entender el sistema: mi propósito es cuestionarlo, retarlo y transformarlo. Y si en el trayecto puedo ayudar a alguien más, entonces vale aún más la pena.
“Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”